Después de la Guerra diversos artesanos en Zaragoza fabricaban los roscaderos y cajas de madera para el transporte y reparto de toda clase de panes y frutas.

El artesano que nos ha trasferido su “know-how” Angel Rodrigo Badorrey, nació en Paracuellos de Jiloca, cerca de Calatayud, cuna de las frutas confitadas. En 1954, a la edad de 13 años ya trabajaba montando cajas de frutas en el pueblo. Su padre que trabajaba en la RENFE fue trasladado a Zaragoza, falleciendo durante la guerra.

Los 6 hijos de la familia tuvieron que ponerse a trabajar para buscar sustento. Angel se coloco en una panadería durante dos años, y cuando acababa su turno, continuaba la jornada laboral de clavador, en la serria Infantes que estaba situada en la Avenida de Valencia. Los sábados y domingos repartía pasteles de la pastelería “La Milagrosa” que estaba en la calle San Juan de la Cruz.

Hacia el año 1963, el propietario le solicito un envase más pequeño para la venta detallista, al tener conocimientos de la madera y siguiendo el modelo de la caja de fruta-roscadero,

                                                                                                     Foto cesta-roscadero realizada en  rastro anticuarios La Seo de Zaragoza

se fabricó en diminuto el actual envase, que rápidamente se difundió e implantó en el mercado.

Empezó la elaboración de los envases en una pequeña despensa de su casa, posteriormente alquiló una habitación en un local de la calle Lorente, y empezó a elaborar roscaderos.

Al poco tiempo empezó a ayudarle, su hermano Julián Rodrigo Badorrey, que trabajaba de tornero.

Después de 3 años, se trasladaron a otro local donde estuvieron establecidos 10 años hasta el traslado definitivo al local de la calle Italia, en el año 1975, donde han estado 37 años elaborando  envases de madera para las frutas de Aragón y cajas para botellas de vino.

En el año 2012 los Hermanos Rodrigo Badorrey, Angel con 68 años y Julián con 65 años, plantean abandonar la actividad y jubilarse, después de 54 años fabricando cestas de madera.

Son los únicos artesanos que quedan elaborando el envase de madera para la frutas de Aragón.

Contactados por la empresa Macoembal, S.L., especializada en envases y embalajes diversos para la industria aragonesa,  llegan a un acuerdo para transferir tanto sus conocimientos, como la maquinaria, y la actividad,  posibilitando así la continuidad de este envase original que de otro modo hubiera desaparecido definitivamente debido a su artesanal proceso de elaboración.

 Angel y Julián Rodrigo, preparando el mimbre para su secado